Pocos son los elegidos capaces de alzarse con una victoria en un Campeonato de España. Se trata de una empresa que requiere años de preparación, miles de horas de entrenamiento y, como no podría ser de otra manera, de un talento natural que sirva de base a todo lo anterior. Si lograr esa medalla de oro una vez ya es complicadísimo, hacerlo durante cinco años consecutivos debería ser entendido como toda una gesta al alcance únicamente de una élite del deporte español. Entre ellos se encuentra ya Iñaki Bravo, que este mes de junio se ha coronado por quinta vez como el mejor sablista sub23 de nuestro país.
El tirador madrileño acudía al Campeonato de España sub23 de Esgrima, celebrado en Roa de Duero (Burgos), con el recuerdo aún reciente de su victoria en el Campeonato de España Sénior. Con esta medalla, su tercer oro consecutivo en categoría absoluta ya en el bolsillo, Bravo acudía a la localidad burgalesa con el reto de batirse a sí mismo y volver a casa con el “más difícil todavía” en forma de encadenar un quinto entorchado en categoría sub23.
Exento en la ronda de Poules, la participación de Iñaki Bravo arrancó en la ronda de octavos de final, en la que se impuso a Alejandro Higuera por 15 tocados a 10. En cuartos de final el contrincante fue Carlos Flórez, que cayó igualmente bajo el sable de nuestro becado por 15 tocados a 9. Combate tras combate, la técnica del tirador del Club de Esgrima de Madrid fue poniéndose a tono como demuestra el marcador de 15 tocados a 8 con el que Bravo se deshizo de Santiago Madrigal en semifinales. Por último, Jorge López de Guereñu, de la Sala de Armas de Madrid, esperaba en la gran final, cuyo marcador definitivo fue de 15 tocados a 7 para Iñaki Bravo.
Tras la victoria, Iñaki Bravo ha explicado que el oro en Roa de Duero le ha sentado “especialmente bien”, por un lado, por “las pocas cometiciones que hemos tenido este año y que hacían que todos llegásemos con hambre de conseguir el título” y, por otro lado, por la demostración de “regularidad” que suponen estos 5 campeonatos consecutivos sub23, sumados a los 3 sénior.
En este sentido, se ha mostrado especialmente orgulloso de “haber sabido estar frío y centrado en lo que tenía que hacer para dar un buen nivel en el torneo”, algo especialmente importante en un deporte, como es la esgrima, en el “que influye mucho la cabeza y la gestión de las emociones”, ha subrayado.
Por último, nuestro becado se ha mostrado deseoso de la vuelta al circuito internacional en el que espera “demostrar todo lo que he mejorado este año” y poder “recibir el feedback de cuando te enfrentas a los mejores del mundo” algo que, en su opinión, es imprescindible “para seguir creciendo”.