En guardia. Si quieres apreciar cada ataque, finta y contraataque en un duelo de esgrima, tendrás que concentrarte hasta el último tocado.
La esgrima ha sido disciplina olímpica desde Atenas 1896. En Río 2016, España tendrá la medalla a tiro.
Un combate se desarrolla en una pista de 14 metros de longitud y 2 metros de ancho en la que se enfrentan dos tiradores o esgrimistas. Las normas del combate variarán en función del arma en la que estén especializados: florete, espada y sable.
El florete, el arma más ligera de todas, permite realizar tocados únicamente con la punta en el torso del adversario.
La espada es un arma más pesada y difícil de blandir, por lo que tocar cualquier parte del cuerpo del adversario con la punta contabiliza como un punto.
El sable, la más peculiar de las tres, es la única que permite realizar tocados con la punta, el filo y contrafilo en cualquier parte superior a la cintura del contrincante.
A la hora de contabilizar un tocado, las armas están conectadas a través de un cable a un marcador electrónico. El tirador que toque primero en la zona permitida del cuerpo del adversario sumará un punto. Y el que consiga sumar 15 tocados o sea el que más haya obtenido durante los 9 minutos de duración del asalto será el vencedor.
En una competición como los Juegos Olímpicos la esgrima puede practicarse de forma individual o por equipos de cuatro tiradores. El combate por equipos se compone de tres asaltos entre los tres mejores tiradores de cada equipo, declarándose vencedor el que haya sumado un mayor número de tocados.
La Real Federación Española de Esgrima afronta los próximos Juegos sabiendo que entre sus filas se encuentran algunos de los mejores tiradores del mundo Yulen Pereira, Manuel Bargues, Álvaro Ibáñez y Carlos Llavador.